sábado, 30 de octubre de 2010

Mami... ten paciencia...

Hoy ha si do un día como cualquier otro, me estás vistiendo y me preguntas de pronto algo que no logro comprender, apenas tengo 6 años, y en lo único que puedo fijar mi atención es en tu mirada... estás enojada...¿hice algo que te molestara?.
Me preguntas de nuevo, y esta vez logro escuchar tus palabras: ¿Tus tíos te han tocado? ¿Te han hecho algo malo?

Me tomas por los hombros mientras me dices esas cosas, y me asustas, me siento triste y sola, recuerdo que uno de mis tíos me dijo que si te enterabas de lo que hacíamos ya no me ibas a querer y que te ibas a enojar muchísimo conmigo, me lo dice todo todo el tiempo, te ves tan enojada que creo que es verdad ¡Estas enojada conmigo! ¿Qué voy a hacer? ¿Cómo te diste cuenta?

Mami... perdón, pero tendré que mentirte para que no me dejes de querer, no quiero que me castigues como dice mi tío que lo harás si te enteras. No me gusta cómo juego con mis tíos pero no quiero que dejes de quererme. Te contesto que no me hacen nada que me desagrade, pero tu sigues enojada... ¿por qué?... me preguntas de nuevo y quieres saber si yo estoy segura, te miento de nuevo. Quiero llorar pero si lo hago sabrás que estoy mintiendo, me aguanto las ganas de hacerlo y sonrío, parece que ahora ya estas menos enojada y me abrazas, me dices que me quieres y yo me siento mejor pero también sigo sintiéndome un poco mal por haberte mentido, pero ya te contentaste conmigo y sólo eso me importa.



...La vida siguió igual durante años y no me importaba pues me seguías queriendo, aunque me hayas dejado atrás por que estaría mejor en esa casa, eras mi amiga... mi mamá.

Años después entendí que no estabas enojada conmigo, y que debí decirte la verdad, pero ante la mirada de una niña de 6 años tu angustia, desesperación y enojo más bien parecía cólera hacia mí, yo no pude comprender en ese momento que en realidad era que la idea que algo así me estuviera ocurriendo te volvía loca. Me creíste porque sabías que no te mentía, porque preferiste hacerlo y no ahondar más en el asunto al ver que yo estaba "tranquila y contenta". Pero, si tenías la sospecha debiste hacer más que fiarte de mi palabra, debiste llevarme con alguien especializado, pero no sabías eso... eras inexperta y si ahora apenas se habla de esto en aquel entonces era algo como un mito o leyenda. Me habían llenado la cabeza de mentiras por alguien que se suponía debía protegerme y quererme, por alguien a quien le tenía cariño y respeto, por alguien a quien debía hacerle caso por ser mayor...
El "hubiera" no existe, no puedo regresar en el tiempo y decirte que no demuestres tu enojo delante de mí, que te desahogaras en otra parte, que no me preguntaras de manera tan sorpresiva y que trataras de controlarte un poco para no ahuyentarme. No te puedo decir que si tenías sospechas debiste seguir tu corazonada y buscar ayuda.
Cuando me preguntaste yo tenía 6 años, estaba en la primaria, pero tengo recuerdos de mis "juegos" con mis tíos desde que estaba en el jardín de niños; todo terminó cuando tenía 16, cuando prefería que me odiaras a seguir soportando aquello, cuando prefería morirme antes de amanecer otro día sintiéndome como una basura. En ese momento estuviste ahí para mí, vi otra vez esa mirada encolerizada de aquella vez incluso me preguntaste cosas de la misma manera; no me di cuenta en el momento de la similitud de los hechos.
Ahora que soy adulta comprendo mucho, estoy comenzando a sanar, me falta todavía un largo camino, muchas cosas han pasado, pero no puedo evitar preguntarme algunas veces ¿... si hubiera...?, está en la naturaleza humana hacerse esa pregunta, el error está en quedarse atascado en ella y no ver lo que se puede hacer... lo que ya se logró, yo he logrado mucho.
A pesar de todo estaré bien. Ahora lo que te pido es que me tengas paciencia cuando esté pasando por un mal día, ahora esa será tu manera de cuidar de mí. No puedes entrar en mi mente y mi corazón para curar mis heridas y borrarlo todo, tienes que aceptarlo y vivir con ello, y cuando no puedas simplemente apártate un poco pues cuando no lo haces sólo me dañas. Entiendo que necesites desahogarte... sólo no lo hagas cuando esté yo cerca y tampoco me presiones para que sane más rápido.

Mami... ten paciencia... aprende conmigo, aprende de mí como alguna vez aprendí de ti.

lunes, 18 de octubre de 2010

Secuelas

E. Sue Blume es la autora de un libro llamado "Secret Survivors: Uncovering Incest and Its Aftereffects in Women" (Sobrevivientes secretas: Descubriendo el incesto y sus efectos secundarios en las mujeres). No he tenido la oportunidad de leerlo, sin embargo hallé una lista extraída de su libro que numera una serie de síntomas que se derivan del abuso, aunque en algunos casos dichos síntomas pueden derivarse de otras causas. Por ello es necesario acudir a un profesional en caso de no estar seguro.


En lo personal me cuesta mucho trabajo hablar de esto, incluso con mi pareja. Me he hecho el propósito de hablar un poco acerca de ellas en este espacio. Problablemente en algunos casos no pueda hablar de ellas con respecto a mi experiencia  ya sea porque aún me es muy difícil o porque no me sienta identificada así que tan sólo las mencionaré. Esto tal vez me lleve algo de tiempo y varias entradas en el blog.


¿Por qué lo hago si es difícil? Por que nadie habla de esto, o se habla muy poco y es necesario que la gente sepa, que se aclaren los mitos y tambien entienda por qué somos o actuamos de cierta manera.


Aquí empiezo...

1. Temor a estar sola en la oscuridad; de dormir sola; pesadillas (especialmente de violación, persecución, amenazas, encierro,sangre); terrores nocturnos.

A pesar de que tenía una habitación para mí, no pude dormir sola hasta que cumplí 15 años,  muchas veces hice el intento de dormir sola pues ya era una "niña grande" pero siempre salía corriendo a la habitación de mis padres.


En cuanto a las pesadillas siempre tenía una donde caminaba en un callejón oscuro y era perseguida, no importaba cuánto qusiera correr mis piernas no me respndían, sentía que me ahogaba, que el corazón se me saldría del pecho, me sentía desesperada y angustiada. Era muy frecuente que me levantara cansada por las mañanas, sin ánimo de nada. Cuando mejor descansaba era durante mis siestas vespertinas, mis tíos salían con sus amigos y sabía que no estarían en casa para molestarme.


Otra pesadilla frecuente era una donde me encontraba bajo el agua, la sensación de asfixia me despertaba.


No podía dormir sola, pero me gustaba estar sola durante el día en mi habitación, me encerraba por horas; hasta la fecha me gusta mucho la soledad.


Imagínense o recuerden alguna semana en la que todo les sale mal, de esas semanas en las que no pueden dormir porque tienen las presiones del trabajo, pagos, escuela... lo que sea... es devastadora una semana así ¿verdad? cuesta algo de trabajo reponer esas horas de sueño de mala calidad, si es que se puede. Imagínense ahora vivir así durante años, uno siente que envejece, puedes tener 25 años y sentirte de 80, incluso alguien de 80 años podría tener más energía y ganas de vivir.


Hasta la fecha yo aún tengo pesadillas, y es algo frecuente que no descanse durante las noches especialmente si estoy pasando por un período de crisis. Las cosas han ido cambiando poco a poco, mi situación ya no es la misma, pero desearía descansar mejor por las noches y no pretender estar "fresca y rosagante" por las mañanas.

2. Sensibilidad para tragar; sensación de asfixia; repugnancia al agua sobre la cara durante el baño o la natación.

Como mencioné antes, tenía pesadillas frecuentes de estar ahogándome.
Pero una de las cosas que más me gustan es nadar y tomar duchas muy largas, es algo que me relaja.


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