martes, 24 de mayo de 2011

El sonido del silencio

Hay quienes disfrutan esas noches de apagón en las que todo queda en completa calma, en las que la vida como la conocemos se detiene, en las que se puede apreciar la inmensidad de lo que nos rodea y las estrellas… yo no, no siempre.
Puedo apreciar las estrellas, puedo apreciar que el mundo se detenga y experimentar un cierto descanso del ritmo de vida tecnológico… ODIO el sonido del silencio, necesito “música” de fondo pueden ser grillos, ranas, el viento, las olas… hasta perros ladrando; sólo no me dejen en silencio.
Mis días siempre están llenos de sonidos: música, tv, charlas, incluso el zumbido del motor de un ventilador viejo es reconfortante si no tengo más alternativas. Soy una persona callada, de esas que casi no hablan… bueno si no me siento en confianza o en mi ambiente, pero eso no significa que disfrute del silencio.

Para mí el sonido del silencio es un cúmulo de ideas, sensaciones y emociones; cuando llega trae consigo desolación, angustia, tristeza, malos recuerdos, malas ideas, mi piel reacciona más fácilmente a cualquier estímulo; mis demonios salen del letargo, del trance hipnótico bajo el cual los mantengo a raya.
Para mí el silencio no necesariamente trae paz, todo lo demás puede estar en completa calma menos mi mente. Cuando era pequeña tenía miedo a la oscuridad, hasta la fecha aun siento miedo en algunas ocasiones, lo que la hacía insoportable era el silencio. La vida quedaba en silencio cuando abusaban de mí. Aprendí desde muy pequeñita a guardar silencio, a quedarme quieta. El silencio casi siempre trae el mismo recuerdo, especialmente si estoy pasando por un mal período…

Casi no habían niñas de mi edad cerca de mi casa con quien jugar, casi siempre jugaba sola o con mis tíos, pero mis tíos sí tenían amigos de su edad con quienes jugar, casi todos vivían cerca de la casa. La casa casi siempre estaba llena de gente. Cuando se les “ocurría” jugar conmigo de cierta manera pero no podíamos quedarnos solos en una habitación me decían que jugaríamos al escondite o se inventaban alguna otra historia para meterme en el closet con alguno de los dos, a veces me hacían entrar a mí primero y me decían que esperara… para ese entonces yo ya estaba condicionada, yo ya estaba atrapada por el miedo, ya estaba prácticamente domada. No sé cuánto tiempo pasaba ahí, sola, en silencio en medio de la oscuridad esperando temerosa que pasara el mal rato para poder ir a jugar sin ellos, esperando a que llegara alguno de los dos para que “jugara” conmigo… ahí adentro no se oía nada salvo mi respiración y mis latidos retumbando en mis oídos. Se abría la puerta del closet, un atisbo de luz, una ráfaga de aire fresco, el dulce sonido del exterior, una sombra entrando… después de nuevo todo se volvía oscuridad y silencio… después un susurro que me decía – Shhh, cállate, te van a oír y te van a regañar por abuelita… se va a molestar tu mamá, ya no te va a querer… shhh–.  Si me revolvía intentando desesperadamente cansarlo, zafarme, lastimarlo para que me suelte él me sujetaba con fuerza, me retorcía las muñecas, me tapaba la boca y la nariz hasta que me quedaba quieta, sólo así volvería a respirar, sólo así me dejaría ir. Con cada vez que hacían eso me iban matando el espíritu de lucha, hasta que simplemente como robot ya sabía que programa ejecutar para satisfacer sus necesidades. Con uno era más “fácil” que con el otro, uno era el “malo”  y el otro el “bueno”… pero eso es para otra ocasión.
Y este recuerdo es el que abre la puerta a otras cosas, una vez que sale lo que trae detrás es arrollador, es algo desgarrador, es claustrofóbico.

Ahora con el avance de la tecnología, es que puedo decir que puedo disfrutar que el mundo se detenga, sólo tengo que recordar que las baterías de mis dispositivos móviles estén con buena carga especialmente si es de noche, si ocurre de día pues siempre hay algo para hacer, se puede oír a la gente, los autos…

Me gusta estar en paz y quietud, no me gusta estar en absoluto silencio. Cuando estoy en completo silencio puedo oír el horror dentro de mí, no me gusta lo que escucho, prefiero oir el exterior. Amo la música, me gusta lo que me puede decir, detesto lo que me dice el silencio.

Irónicamente guardé silencio muchos años, incrementando ese ruido dentro de mí, guardé silencio para no oír lamentos, preguntas, acusaciones; guardé silencio para proteger a mi madre y a mi abuela del dolor, guardé silencio para ocultarme de la vergüenza, guardé silencio para sentirme “normal”,  guardé silencio pues pensé que la vida era así y ya, guardé silencio para que no me lastimen de más, para que no dejaran huellas visibles a simple vista y me odiaran; guardé silencio para ocultar mi dolor y mis heridas.

Ya no más.

sábado, 14 de mayo de 2011

¿CUALES SON LOS DERECHOS DE LOS SOBREVIVIENTES DE A.S.I.?

...administrar tu vida de acuerdo a tu criterio y tus valores

...dirigir tu proceso de recuperación, sin reportar a nadie tus metas, esfuerzo o progreso

...recopilar información para tomar decisiones acertadas con respecto a tu recuperación

...rechazar la ayuda ofrecida sin tener que justificar tu decisión

...tener fe en tus poderes de auto restauración -- y buscar aliados que la compartan

...confiar en tus aliados en tu proceso de sanación igual como lo hacen los demás adultos entre ellos mismos

...sentir miedo y evitar lo que te asusta

...decidir por ti misma o mismo, cuándo, cómo y si es que enfrentarás tus miedos

...aprender experimentando, es decir, cometiendo errores.

...ser tocada sólo con tu permiso y sólo de maneras que no te incomoden

...elegir hablar o callar, sobre cualquier tema y en cualquier momento

...elegir aceptar o rechazar la retroalimentación, sugerencias o interpretaciones

...pedir ayuda en tu proceso de sanación, sin tener que retribuir con trabajo, juego o amor

...impedir que transgredan tus límites

...tomar acción cuando tus límites son transgredidos a pesar de tu impedimento.

...pedir explicaciones cuando no entiendes algo

...expresar una visión contraria cuando sí entiendes y estás en desacuerdo

...reconocer tus sentimientos, sin tener que justificarlos

...pedir cambios cuando tus necesidades no están siendo cubiertas

...hablar de tu experiencia siendo respetada

...resolver tus dudas pudiendo diferir de las visiones o deseos de los otros.

...contratar un terapeuta, consejero o guía (no un jefe) de tu recuperación

...recibir ayuda confiable y de alguien con experiencia en tu proceso de sanación

...asegurarte que tu terapeuta se negará a establecer otro tipo de relación contigo (de negocios o sexual)

...asegurarte la privacidad de cualquier revelación que le hayas hecho a tu terapeuta, a menos que esté sujeta a la ley

...asegurarte la lealtad de tu terapeuta con respecto a tus agresores

...recibir respuestas a tus preguntas acerca de tu condición, tus posibilidades de recuperación, tus metas, tu tratamiento y las cualificaciones de tu terapeuta

...contar con el interés de tu terapeuta en cuanto a tu seguridad y con la disposición a utilizar todos los medios legales para neturalizar una amenaza a tu vida o a la de otra persona

...que el compromiso de tu terapeuta no dependa de tu "buen comportamiento", a menos que exista una amenaza a la seguridad o estén involucradas actividades ilegales

...conocer con certeza las horas de las sesiones y la disponibilidad de tu terapeuta, incluyendo, si así lo desearas, un compromiso a trabajar por un tiempo determinado

...llamar a tu terapeuta entre las sesiones establecidas en caso de urgencia, y recibir una contestación dentro de un tiempo razonable

...aprender habilidades que aminoren el riesgo de un nuevo trauma

...contar con un espacio relativamente cómodo durante las sesiones.


Fuente: http://migueladame.blogspot.com/

lunes, 9 de mayo de 2011

Espiral




'Espiral' cuenta la historia de una menor víctima de abusos sexuales por parte de su tío y cómo el sistema jurídico-asistencial la somete a interrogatorios para verificar la agresión. A lo largo de la proyección, la menor contesta a preguntas de una trabajadora social, de un ginecólogo, de un médico forense, de un policía o de una psicóloga que le preguntan sobre lo ocurrido. De esta forma, la menor se ve envuelta en una espiral y tiene que recordar constantemente los abusos sexuales a los que fue sometida, lo que le puede ocasionar un daño psicológico añadido.

Con este cortometraje se pretende sensibilizar a todos los profesionales que intervienen en esta problemática para que actúen de forma coordinada y de esta forma se evite que los menores afectados no tengan que pasar por lo que los especialistas sociales denominan 'victimización secundaria', que les puede causar, según el criterio de éstos, un daño igual o de mayor gravedad que el producido por el abuso sexual.

La nota es de 2009, pero bien podría haber sido publicada ayer. Esto pasa en muchas partes y pocos hacen algo al respecto.

Una frase que en las últimas semanas me ha parecido bastante irónica es "Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad"... entonces ¿por qué la espiral?

Yo pase por algo así, es un infierno. El resultado: sigue libre. Yo me quedé con el recuerdo de un exámen médico del infierno con una "doctora"  con muy poco tacto, tosca, impaciente e incrédula sólo porque yo tenía 16 años.

jueves, 5 de mayo de 2011

¿Dormir? ¿Descansar?


Quiero dormir y descansar, quiero despertar sintiéndome llena de energía y
 con ganas de comenzar el día.

 Quiero despertar al oír la alarma del despertador sin decir... "No es posible, díganme que es broma...
otro día más, qué remedio"

Quiero dejar de "vivir" mis sueños... por lo menos de la manera en que los vivo, es como estar despierta las 24 horas del día, es abrumador.

Estoy cansada, no me puedo concentrar, el cansancio hace que a momentos me desconecte, me vuelvo una autómata, me vuelvo torpe y distraída.

De vez en cuando tengo pesadillas, pero el cansancio las hace más frecuentes y mi capacidad para manejarlas y reponerme disminuye dando paso a pesadillas más reales que se encontraban agazapadas esperando el momento para salir.

Sin embargo parece que duermo... no hay que tener los ojos abiertos para no dormir.

No quiero salir de casa, me duele sentir el mundo exterior, son demasiados estímulos, es demasiada gente... pero tengo que salir... tengo que poner buena cara, tengo que seguir con mi vida, tengo que hacer un doble esfuerzo para no dejarme arrastrar y para hacer lo que me corresponde en el día,
 tengo que... tengo que...

Estoy tan cansada que ni siquiera puedo llorar, ni siquiera puedo dejar salir el enojo de sentir que vivo a medias. Estoy tan agotada que hasta los buenos momentos que me puede ofrecer el día me agotan, pero  por lo menos los tengo para distraerme un poco, para recordarme que tal vez esta noche podré dormir y descansar, para no volverme loca de remate .

Infusiones, musicoterapia, aromaterapia, yoga... ayudan un poco;
¿medicamentos?
 tal vez...

Tal vez escribirlo me ayude, tal vez solo me de más cosas para pensar.

Lo único que quiero es dormir y descansar,
detesto esta secuela, 
que solo se repite una y otra vez, pareciera que la tengo tatuada, grabada en mis genes, programada en lo más profundo de mi cerebro, es una maldita bomba que se detona con cualquier perturbación. Algunas veces los efectos se reducen a un mal momento pero en ocasiones son muy malos días.

Quiero dormir y descansar, quiero despertar sintiéndome llena de energía y con ganas de comenzar el día. Dormir debería ser algo placentero, algo reparador.
 Tal vez esta noche... tal vez.

¿Buenas Noches?

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